miércoles, 23 de abril de 2025

EL PROBLEMA ÉTICO EN SAN AGUSTÍN

La ética agustiniana, aunque inspirada directamente por los ideales morales del cristianismo, aceptará elementos procedentes del platonismo y del estoicismo. Así, compartirá con ellos la conquista de la felicidad como el objetivo o fin último de la conducta humana; este fin será inalcanzable en esta vida, dado el carácter trascendente de la naturaleza humana, dotada de un alma inmortal, por lo que sólo podrá ser alcanzado mediante el amor que impulsa al hombre hacia Dios.

Los principales temas morales de San Agustín son la libertad y el mal.

La libertad es una de las características con las que Dios ha creado al hombre, que de esta forma puede elegir entre el bien y el mal. Dios sabe con antelación cual va a ser el resultado de la vida de cada ser humano, pero respeta las decisiones de los hombres.

El libre albedrío es la capacidad de decidir pero teniendo en cuenta que, desde el pecado original, está orientada al mal. El hombre solo puede vencer esta orientación al mal con el auxilio de la gracia que le otorgan los sacramentos.

Para San Agustín el mal no es una forma de ser, sino su privación; no es algo positivo, sino negativo: carencia de ser, no-ser. Todo lo creado es bueno, ya que el ser y el bien se identifican.

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